viernes, 5 de junio de 2015

Recomiendo Películas


Unas recomendaciones de cine, para los amantes del periodismo, la locución y, en general, las ciencias de la comunicación.

Comienzo recomendándoles  que vean esta película: Nightcrawler
(Hagan clic en el link para verla ahora, o más tarde, o cuando quieran, o si quieren.)
La ficha técnica la omito porque en el sitio donde pueden ver la película también figuran los datos.
Esta película aborda uno de los temas más controversiales del periodismo: los límites de la ética, el humanismo, y el profesionalismo. ¿"Dar todo por la nota"? ¿Se deben sacrificar la moral y la conciencia por conseguir la nota que te lance al estrellato en este mundo del periodismo? Enfocada al periodismo criminalístico, esta película logrará hacerte reflexionar sobre el precio que pagan los involucrados en notas de tipo sensacionalista (amarillismo).
El personaje principal te erizará la piel con su sistema de razonamiento, su empuje y ambición para conseguir ser "el mejor" en su ramo. ¿De verdad se tiene que hacer todo eso para ser el mejor? Vela, y júzgalo tú mismo.

Otra película muy buena es Cadenas de roca
Siguiendo la temática del periodismo sensacionalista, esta vez ambientado en los años 50's, el protagonista de esta historia es un claro ejemplo del periodista sin escrúpulos que persigue su propia ambición, y que logra manipular la situación para convertir un caso alarmante en un espectáculo que reditúe su fama y lo vuelva a colocar en las "ligas mayores".

Quedé maravillada con la actuación de Robin Williams en esta tercera película que les menciono (no por nada se hizo acreedor del Golden Globe al mejor actor de comedia de cine, además de una nominación al Oscar por mejor actor). La película se llama Good Morning, Vietnam!
Es una joya... logra insertar el tono cómico en una situación dramática como lo fue la guerra en Vietnam en la década de los 60's. Robin Williams interpreta a un disc-jockey (locutor) proveniente de la Fuerza Aérea de EUA. Enviado a Saigón para continuar con su labor en aquel lugar, sube el ánimo de las tropas abrumadas por el terrorismo que deben combatir, sin embargo, sufre de la censura de los oficiales militares por su estilo, que sale de los límites de lo acostumbrado. Envuelve al espectador en esta impotencia por ver un problema perjudicial para la sociedad: la censura de la información a la que tenemos derecho todos. Claro, no somos militares ni nada, pero es aplicable al campo civil. Muy recomendada.

Y mi última recomendación es una película que todo amante del cine ya debió haber visto, y todo comunicador también. Esto es cine de culto, esto es ambrosía: Ciudadano Kane
¿Quién mejor que Orson Welles para producir esta historia (basada en un personaje de la vida real) acerca de un empresario (del campo de la comunicación) prolífero y exitoso? El protagonista nos atrapa con su enigmática y magnetizadora personalidad. El argumento gira en torno a un misterio que queda suspendido en el aire justo al final de su vida, y que varios periodistas se esfuerzan por develar. Es una historia apasionante, ya no quiero decir más, tienes que verla.

Espero que disfrutes con estas recomendaciones.

jueves, 4 de junio de 2015

Te conocí

Te conocí y no te quise soltar. Me refiero a que te exploré, que me di cuenta del mundo que eres y ya no quise salir de ahí. Me encerraste en ti, sin necesidad de cadenas: me quedo en ti para siempre. Quizá no tengo el mismo recuerdo que tú de cuando nuestras miradas se cruzaron por primera vez. No me olvido de la ocasión. Tú recuerdas el día uno, yo recuerdo el día dos; hasta en eso estamos compaginados. ¿Para qué tener los dos el primer recuerdo, y no haber nadie que tenga el segundo? Tú y yo juntos tenemos piezas distintas que se complementan, ahora lo entiendo. Ahora te entiendo. Voy comprendiendo cada cosa que me dices. Me gusta que tú leas lo invisible para mí y que me lo expliques. Me encanta aprender de ti.
Eres un cielo infinito salpicado de luces siderales. Quizá te he dicho hasta el cansancio lo fascinante que te encuentro. Ya no me queda seguirte comparando con una estrella, quizá lo que debiera es comenzar a comparar a las estrellas contigo. Me quitaste el deseo de arreglar poemas: la llana prosa es más inspiradora que la poesía. Ya no la necesito contigo. Tú eres mi poesía, aquella que vivo a diario.
Cada día que pasa, es toda una vida contigo. Cada día es eterno porque no estás aquí, a mi lado, porque no me rodeas con tus brazos. Pero me llenas de suspiros, te extraño a diario. Estás conmigo de una forma diferente, como ausente, eso para el resto del mundo; pero para mí, aun tu ausencia es feliz, porque de esa manera te cuelas hasta lo más profundo en mi interior. Llegaste adonde nadie más llegó. Solo te pido que te quedes un día más, por favor.

viernes, 16 de enero de 2015

El siguiente paso

Él la miró. Sus ojos la encantaron, la magnetizaron hacia su alma. Ella se perdió, a pesar del cansancio palpitando en las plantas de sus pies,  tras haber caminado un par de kilómetros,  se perdió en un interminable paseo a través del arco que formaba el puente hacia sus ojos. Ambos caminaron bajo una tierna lluvia, tan sutil que apenas parecía rocío; corría una brisa tan suave que apenas enmarañó los cabellos de su frente, que él mismo acomodó una y otra vez, agradeciendo el accidente para poder externar la ternura que le invadía aquella noche. Ella amó sus manos que hallaron la forma de las suyas. Ella amó cada abrazo, la sensación inolvidable del latir de su propio corazón inserto en otro pecho. Cada caricia que brotó de sus manos para él, era una ola incontenible de un mar intranquilo, desbordante y que precipitadamente se agitaba en su interior, buscando una salida que los suspiros no alcanzaron a proveer. En ese momento, y para el resto de sus vidas, encontraron los ojos que querían ver para siempre. Ese instante pudo haber durado dos segundos, un minuto, veintiocho horas o veintidós mil días, pero escasamente recordaban que el tiempo existía.

“No sé qué más falta.”, dijo él tras separar sus ojos de ella unos segundos para fijarlos en el suelo húmedo. El campo magnético entre ellos los obligó a volver a encontrar sus miradas, para escuchar de ella las palabras “No lo sé. Si tú no sabes, menos yo...” Pausa.  “¿Entonces?”, dijo ella, ansiosa de que de sus labios seductores, insinuando una sonrisa, surgiera una propuesta, alguna pregunta, alguna promesa, algo que revolviera la tranquilidad que su corazón sentía al estar rodeada por sus brazos. “Entonces… ¿quieres comprometerte conmigo?”, finalmente exhaló él. Podría decirse que ella murió por un segundo, cuando su corazón dejó de latir; no había nada que indicara que seguía con pulso. “¿Quieres dar el siguiente paso conmigo?”… ella regresó a la vida, al momento que se abría alrededor de ella, porque era todo: la tenue lluvia, una suave brisa gélida, la oscuridad del cielo nocturno sin luna ni estrellas, la luz de los ojos que la asombraban, la sonrisa indagatoria que iluminaba su ansia de tener que pronunciar un simple “Sí.” Su corazón volvió a detenerse al pensar lo que aquello implicaría. Implicaba un “para siempre”, implicaba una decisión, implicaba lo que ella no había conocido antes: implicaba amor. Lo que él le estaba preguntando en realidad era si quería amar, si quería ser amada. Porque no había otra posible “opción”. Era sencillo: si ella decía “No.”, todo se desmoronaba: el momento más perfecto que ha existido jamás, la historia más hermosa que alguien hubiera escrito, el amor más puro que estaba pidiendo la oportunidad de nacer, después de haberse gestado durante casi cinco años dentro de su amistad. Si decía “No.”, obedeciendo a sus miedos de fracasar, de ser herida, de herir a quien representaba un tesoro para ella… si decía que no, ella se condenaba a la soledad, al frío eterno de un corazón que nunca experimentaría el verdadero amor: jamás. Lo más trágico de un “No.” era perder al hombre más maravilloso en el mundo entero: al más sabio, dulce, fuerte, paciente, tierno, perseverante, romántico, responsable, admirable, valiente, respetable, único, simpático, enigmático, sorprendente, gracioso, inteligente, equilibrado, visionario, brillante… en fin, ella perdía al hombre perfecto con un “No.”

Entonces, privada del habla, se limitó a hacer un ademán con su cabeza indicando una respuesta afirmativa. Luego él por fin pronunció las palabras “¿Quieres ser mi novia?”, con una mirada aún expectante, casi incrédula, cuando de la boca de ella emergió la sílaba que palió el enigma, mientras se abría uno nuevo. Ella dijo “Sí.” y se abalanzó sobre su cuello, mientras luchaba por retener las lágrimas pero dejando emerger la felicidad. El nuevo misterio se resumía en una pregunta: “¿Y ahora qué?”

Ahora… ahora volvemos a comenzar, pero es algo nuevo, así que no se sabe cómo se vaya a desarrollar. El único dato disponible es el referente a la duración del nuevo viaje emprendido: para siempre.

martes, 13 de enero de 2015

Improvisación

Y me iluminas de plano y sin espejos. Eres corriente de brisa marina. Eres lluvia cuando ríes; cuando suspiras eres llovizna. Vuelves a instalarte en la noche como luna. De la mañana eres el sol rojo que languidece. Programas estelas de nubes sin agua, para pasar del bostezo a la sonrisa. Cantas si lloras. Detonas arco iris al abrir los ojos de madrugada. Produces cosquillas en las comisuras de mis labios. La boca de tu alma grita despacito: que me quieres, que me buscas, y que quieres que te espere y que te extrañe. Alcanzas la lágrima que se desliza hacia el espacio, cuando miro al cielo y no te veo, solo te imagino. Cuentas las leyendas más hermosas. Pintas los poemas que arrancas a los libros. Inventas a personas que existirían si todo el mundo se tratara de tu caos abstracto. Caminas a mi lado, eres como sombra. Caminas de mi mano y no me sueltas. Quédate para siempre abrigado bajo mis pestañas, cada noche yo te sueño. Dime que me amas dentro de tres mil años, o en tres meses, o en tres horas: deja que el tiempo hable por tu amor. Escucha el sonido del tiempo, y cántame los minutos  que me esperan a tu lado. Eres mágico. Eres sabio. Eres a veces un anciano, a veces eres solo un niño. No eres el hombre de mis sueños, ni tampoco cubriste mis expectativas: eres más de lo que imaginé. Eres el hombre prometido, inesperado, incomparable. No te cambio, para nada te olvido. Sigue brillando en mi cielo, porque allí tú eres luna si es de noche, eres sol cuando amanece, eres todas las estrellas y todas las nubes si tú quieres, eres la lluvia cuando chocan el calor y el frío, eres ráfaga potente, eres neblina infranqueable... eres todo lo que quieras, porque yo te quiero todo.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Poesía

Tú significas muchas cosas.
Significas poesía.
Pero no poesía corriente, esa que algunos -muy pocos- saben escribir muy bien.
No.
Tú significas poesía rara: esa que se vive, la que se hace sola, sin que nadie tenga que acomodar palabras ni hacerlas rimar: rimas solo.
Tú eres ese tipo de poesía que se puede ver al mirar tus cejas negras, y al ver el color único de tus ojos iluminados a la sombra y a la luz del sol.
Eres ese tipo de poesía que puede oírse en el dulce eco de tu voz categórica, severa, chispeante, melancólica y suave, y en la estela sonora de tu risa incanjeable, sincera, alegre y hermosa.
Eres la poesía que se palpa en tu abrazo al compás del ritmo de tu latir.
Eres esa poesía fragante, esa que huele a ti.
Eres el tipo de poesía que se puede gustar, y sabe a tus labios.
Significas aún más cosas.
Pero tu significado que más disfruto y más me gusta, es el que más siento y más vivo en profundidad, en intensidad y en lapso.
Vivo tu poesía.
Vivo tu cariño.
Vivo y enfermo, enfermo de amor contigo.
Vivo y enloquezco.
Enloquece de amor conmigo.

martes, 18 de noviembre de 2014

Solo porque quiero

No lo escribí yo -quisiera dar los créditos a su autora, pero es anónima-, mas es digno de compartir. Si eres mi novio y lees esto, pues es para ti (menos lo de la cerveza, sabe feo, me contaron).

Me voy a reír de todas tus bromas, incluso si significa que seré la única riéndome contigo. Voy a sonreír cada vez que nuestras miradas se encuentren, porque lo siento así. Voy a pasar mis domingos contigo, viéndote saltar de emoción cuando tu equipo favorito marque un gol, siempre que tu me acompañes de compras alguna vez. Te voy a ayudar a preparar la cena, pero sólo si prometes ayudarme a limpiar después. Y si me quieres ahí contigo, voy a ver todas las películas de acción y súper héroes contigo, pero sólo si estás dispuesto a ver una comedia romántica conmigo. También voy a tomar cerveza (o vino) contigo mientras me hablas de cómo te fue en el trabajo. Y cuando estés enfermo, voy a hacer mi mejor esfuerzo para hacerte sentir mejor con todas las caricias y besos que pueda darte. Y espero que tú hagas lo mismo.
Voy a darte tu propio espacio. Voy a preguntarte cómo estuvo tu día –no por rutina, si no por curiosidad-, porque quiero saber qué partes de tu día te hicieron sonreír y cuáles te hicieron enojar. Voy a hacerte caras tontas y molestas mientras juegas a videojuegos sólo para ver si las notas. Voy a sorprenderte en distintas ocasiones, y a mimarte diariamente.
Prometo serte leal. Porque al final del día eres el único que quiero. Voy a ser la que comparta tus esperanzas, tus sueños y tus miedos. Seré tu diario andante. Seré real, y prometo decirte las cosas como son. Porque no mereces menos. Haré lo posible por considerar tus pensamientos y sentimientos, y aunque no sea capaz de llenar tus zapatos de talla 42, haré mi mejor esfuerzo por caminar con ellos antes de juzgar tus pasos.
Voy a gritar y voy a llorar. Mis inseguridades y celos eventualmente van a salir a la luz sin importar cuánto trate de esconderlas. Habrán ocasiones en las que no tendrán mucho sentido. Cuando esté confusa o preocupada, voy a hacer preguntas, muchas preguntas. A veces van a ser largas y estúpidas, así que voy a necesitar que seas paciente conmigo. Voy a darte largos silencios cuando esté molesta, y voy a evitar contacto contigo cuando no esté lista para hablarte. También voy a hacerte enfadar, pero como no soy capaz de leer tu mente, voy a necesitar que me lo digas. Y mientras discutamos, voy a intentar considerar tus sentimientos y ser justa.
Voy a tratarte como me gustaría que tú me tratases. Quiero ser todo lo bueno para ti, y aunque ya sé que no siempre puede ser así, voy a esforzarme para no ser muy mala. No puedo prometerte que seré perfecta, pero como tu novia, voy a hacer todo lo que pueda para ser la mejor que hayas tenido jamás.
Sólo porque me haces querer serlo.

domingo, 26 de octubre de 2014

Precisamente Tú

A veces despierto por las noches, dedico mis pensamientos a tu persona... Suspiro. Y elevo la pregunta: "¿Esto es real?"

¡¿De verdad esto es real?! ¿Está pasando?, me pregunto. Aparecen como vagones de un tren, una tras otra estas preguntas: ¿él es real?, ¿él me quiere? ¿De verdad siente lo que dice sentir?, ¿se siente igual que yo?, ¿me piensa tanto como yo lo pienso? ... Y no es porque no te crea, o porque no confíe en ti, sino porque esto es demasiado REAL, demasiado hermoso para ser rotundamente verdadero. Es un milagro. Eso es.

Lo que yo siento, otros cuantos lo han sentido, lo sé. Pero me pasó así:
Imagina que un hombre o una mujer común, cualquiera, de la noche a la mañana se vuelve rico, inmensamente rico, y por ende, poderoso. Y cuando le preguntas cómo hizo para conseguir su fortuna, te responde: "Encontré un tesoro escondido." Y tú dudas, no le crees del todo. Piensas "Eso es imposible; esos tesoros no existen", solo porque tú no has encontrado jamás uno. Y comprendo el escepticismo, porque suena a fantasía. ¿Absurdo, no? Y no le crees. Piensas que hizo su fortuna de alguna otra forma secreta, que pudiera ser incluso más fantástica que la de hallar un tesoro.
Pero un buen día, quizá en medio de un desierto, quizá en el valle después de cruzarlo, encuentras un tesoro escondido. Allí está. Es tuyo. Y así, de la noche a la mañana, te vuelves rico, inmensamente rico. Esa riqueza te da poder: el poder de hacer lo que nunca antes pudiste; el poder de ver las cosas que antes permanecieron ocultas para ti; el poder de viajar, explorar y conocer nuevos terrenos que eran inaccesibles para ti. Y es así como te das cuenta de que hay personas que siguen creyendo en tesoros escondidos, pero infortunadamente, aún no encuentran uno; y hay personas que porque no creen en ellos, jamás encontrarán uno; y hay un tercer tipo de personas: las que creyeron siempre que existían, pero en algún momento dejaron de creer, aún viendo y oyendo a personas que sí encontraron su tesoro... De todas formas pensabas: "De seguro consiguió su riqueza de otra manera..." Así pensaba de la gente que se enamoraba.

Yo acabo de encontrar mi tesoro: que tú, precisamente TÚ, me quieras, precisamente en la forma en la que me quieres... y que yo, toda YO, te quiera a ti como te quiero... ese es mi tesoro.
Y desde que lo encontré, me volví inmensamente rica y poderosa: a esa riqueza algunos la llaman "Felicidad"... esa riqueza, de tu cariño y el mío, construyendo este tesoro, este milagro. Y los poderes que me ha dado: primero, hacer lo que nunca antes pude: ahuyentar el miedo, hacerlo a un lado, quedarme, ser valiente y querer sin temer; ha sido una osadía: jamás pude hacerlo antes, jamás había perdido los miedos, jamás había podido sobreponerme a ellos... jamás pude confiar en alguien y creerle a alguien como confío y te creo a ti. ¿Y sabes algo? Es de las cosas más maravillosas que a lo largo de 22 años he experimentado... de las más grandes.
Segundo, esa riqueza me dio el poder de ver las cosas que antes permanecieron ocultas para mí, que están vedadas para quienes no han hallado su tesoro: me devolvió esa capacidad infantil de ver las cosas más grandiosas en las cosas cotidianas más simples; tras hallar ese tesoro, pude ver lo que rompe mi rutina: vi que cada luna es diferente, cada noche tiene diferente aroma, diferente aspecto; vi que ningún día es igual que otro; que cada día el sol nace diferente; que cada atardecer ofrece un espectáculo bellísimo distinto al anterior; que el cielo, en su permanente infinidad, se viste siempre con algo nuevo a cada hora... y aquí debo decir que tú me enseñaste, no a ver esto, sino a disfrutarlo, a compartirlo... tener alguien con quien compartir algo tan extraordinario y tan simple a la vez, es también de los mejores regalos que alguien puede tener en esta vida.
Y tercero, este tesoro me dio el poder de viajar, explorar y conocer lugares desconocidos, lugares que jamás imaginé que existieran: tu voz llegó a sitios en mi alma que no sabía que estaban allí, que estuvieron desiertos, y al mismo tiempo, tu voz me guió a lugares en tu interior que yo desconocía... llegaste a conquistar tierras escondidas, y me ayudaste a descubrir que mi corazón era más grande de lo que yo creía: me ayudaste a ver mi inmensidad, mientras se reflejaba con ello la tuya... Cada lugar en mí al que has llegado tiene solo tu huella, y cada bandera que has colocado se expresó en un suspiro que duró apenas un par de segundos, pero que hará eco durante siglos... mientras estas palabras permanezcan escritas.