Pues ya entrada en esto, le sigo.
Recientemente también leí el clásico Metamorfosis, del buen Kafka. Esa pregunta típica que alguna vez alguien te hace "Si pudieras viajar en el tiempo, ¿a qué personaje histórico te gustaría conocer?" la respondo fácil diciendo que a F. Kafka (entre otros más que ahorita no vienen al caso, la neta). Y esque es un genio el tipo. Era.
Los libros de este personaje son en extremo interesantes, claro, en sí mismos, pero también en el contexto de la vida de su autor. Su personalidad y pensamientos más intrínsecos resultan proyectados en sus personajes de manera fas - ci - nan - te. (¿Sí dividí bien las sílabas?)
Bueno, pues este libro no es la excepción. Como el mismo título lo indica, y ya muchos saben por su fama, trata de la metamorfosis de un hombre comerciante. El tipo se despierta una mañana con sus pendientes abrumándolo, cuando se da cuenta que se ha transformado en... tararara (música de suspenso de Mario Bros.)... ¡Una MARIPOSA!
D:
¬¬ ...
Bueno, no. Se despierta envuelto en el cuerpo de un insecto, semejante -por la descripción que Kafka nos ofrece- a una cucaracha. Yuk!
Y pues obvio, su familia tan querida comienza a temerle, y dada su condición le resulta imposible seguir trabajando, lo cual marca un cambio estrepitoso en la situación económica de su familia, de la cual él era el proveedor.
Estos cambios que arruinan a su familia representan un gran pesar para el chico cucaracha, quien escucha y observa desde su habitación, ahora su jaula, cómo este suceso desmorona no sólo su mundo, sino el que él tanto se había esmerado en construirle a su familia.
Pierde el sueño, pierde el apetito, y termina por perder la esperanza de que un día despierte y vuelva a ser normal: humano. La familia pierde el ánimo, la paciencia y todo lazo afectivo con aquel gigantesco insecto, lo cual deriva en el desenlace de este drama: la muerte de aquel que un día fuera hijo, hermano, ciudadano.
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